- El presidente del Gobierno ha declarado que en 2029 se destinará un 2% del PIB a gasto militar. Esto significará una subida en un solo año de entre 4.000 y 5.000 millones de euros, cifra que superará los 3.800 millones que España destina actualmente a ayuda al desarrollo.
- Artículo de opinión de La Coordinadora publicado en El País, Planeta Futuro.
El mundo sufre uno de los contextos más complejos de las últimas décadas: los conflictos son los más numerosos desde la Segunda Guerra Mundial. Hemos superado el vergonzoso récord de más de 120 millones de personas obligadas a abandonar sus hogares. La emergencia climática causa cada vez mayores estragos, los feminicidios y el recorte de derechos de las mujeres avanzan de forma alarmante, y en muchos lugares defender los derechos y la libertad de identidad supone la persecución e incluso la muerte. Además, el cierre de USAID, la agencia estadounidense de cooperación, ya está suponiendo graves impactos sobre miles de personas en todo el planeta y las consecuencias son catastróficas, especialmente en cuestiones tan importantes como la atención a la población refugiada, la asistencia humanitaria, la salud sexual y reproductiva o la prevención y atención del VIH.
Es fundamental apostar por una defensa radical de los derechos humanos, de la paz y de la garantía de vidas dignas en todo el planeta.
En un entorno de estas características es fundamental apostar por la defensa, pero no por aquella que de forma incoherente se vincula con la militarización, sino por una defensa radical de los derechos humanos, de la paz y de la garantía de vidas dignas en todo el planeta.
La intención de Pedro Sánchez de aumentar el gasto militar hasta el 2% del PIB para 2029 nos obliga a dar la voz de alerta. En primer lugar, supone un enorme contraste con la situación en la que se encuentra la cooperación internacional para el desarrollo, que apenas recibe un 0,24% del PIB, una cifra muy alejada del compromiso contemplado por la ley aprobada hace dos años, que aspira a llegar a un 0,7% de nuestro PIB en 2030. De cumplirse este anuncio del presidente, el gasto militar superará en casi 10 veces los fondos destinados a cooperación. Sin ir más lejos, en un solo año, la subida sería de entre 4.000 y 5.000 millones de euros, una cantidad superior a los 3.800 millones que España destina actualmente a Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD).
¿El dinero destinado a fines militares se restará de políticas sociales que garantizan derechos humanos?
En segundo lugar, estas declaraciones desatan algunos interrogantes que son, en realidad, fruto de una profunda preocupación: ¿el dinero destinado a fines militares se restará de políticas sociales que garantizan derechos humanos? Si hay dinero para gastos militares, ¿por qué no lo hay para cumplir con lo establecido en la Ley de Cooperación o para financiar otras políticas sociales que son urgentes? Si el Gobierno realiza declaraciones en defensa de la Agenda 2030, ¿cómo se entiende esta apuesta por el belicismo que va en contra, precisamente, del cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible? La elección debería estar muy clara: se trata de elegir entre políticas de guerra o políticas que contribuyan a la paz.
Fuente: La Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo